Sunday, November 13, 2016

Un gaito kamishibaiya suelto en Bahía Blanca y Coronel Suarez. Por Massi Diaz.


Nota publicada originalmente en el blog "Título en construcción" http://tituloenconstrucionn.tumblr.com/post/145764243466/un-gaito-kamishibaiya-suelto-en-bah%C3%ADa-blanca-y

Dice la enciclopedia libre Wikipedia que un gaito kamishibaiya es la persona encargada de contar historias, mediante un teatro pequeño y láminas ilustradas, durante el Japón del siglo VII, renaciendo del 1920 hasta los años 1940. Transmitían enseñanzas y conceptos, ligado a lo moral, que eran fundamentales para el entendimiento de la historia y de lo cotidiano. Movían estos conocimientos de villa en villa, con públicos de niños endulzados, atraídos por el sonido de dos maderas (Hyoshigi).
Agustín, Rodríguez, tiene cuatro historias dibujadas que tienen la posibilidad de ser presentadas en el formato de Kamishibai. Visitó algunos lugares de nuestra ciudad como la Biblioteca Popular Bernardino Rivadavia, Museo de Arte Contemporáneo, Escuela nro. 4, Casa Escópica,  pero también movió esta práctica hacia otros parajes de nuestra provincia como Monte hermoso, Sierra de la Ventana, la Ciudad de Buenos Aires y Mar del Plata. También lo hizo afuera de nuestro país.
Love vs. Love (2007), El vuelo del Shei (2011), Desencanto (2012) y Karatecas vs. Ninjas en Monte Hermoso (2014) componen un gran número de dibujos que, a disposición del artista, nos acercan escenas gráficas con vuelos de lechuzas, combates, paisajes cercanos de la Ría de Bahía, osos, espadas, faros, generales y presidentxs, explosiones, piedra- papel o tijera, colectivos y superhéroes. Ellos son registros visuales sobre historias de amor, fraternidad, respeto, desencuentro, traición y armonía.
El sábado 28 de mayo se hizo una nueva presentación, la cuarta, de Karatecas vs. Ninjas en Monte Hermoso en la muestra Misterio Unión realizada en Isidoro Espacio de Arte en Coronel Suarez. Esta historia es la de un grupo de amigos que participan del campeonato mundial de karate, en la ciudad costera, y tienen que recuperar el sable corvo de San Martín. Ellos suponen que es apropiado por tres ninjas enmascarados bajo los ideales sanmartinianos pero terminan enfrentando, en un combate a muerte, al tataranieto del Sargento Cabral, quien se adueña  del objeto. Para ello, estos jóvenes, atraviesan diversas peripecias: corte del Faro Recalada, apertura presidencial, peleas con rusos y chinos, un tsunami, muerte de caballos, liberación sudamericana, sonidos extraños, un nuevo planisferio, y sigue…  El relato recorre y mezcla aspectos personales de su creador con hechos históricos y acerca a los espectadores una nueva posibilidad de interpretación o narración de la historia nacional y cómo esos acontecimientos pueden ser incorporados en nuestro discurso cotidiano, casi como una revisión.
Lo bueno es que en la muestra, junto a otras obras de Lorena Bicciconti, Vanesa Bojart y quien escribe, había un adelanto ilustrado: ¿Por qué son escasas las fieras? Citando el libro de Paul Colinvaux, Agustín, nos permite ver algo de lo que será una nueva historia sobre chimangos y ratas del basurero de nuestra ciudad. La tinta revela escenas de estos animales en conflicto por la desaparición de sus crías, con el paisajes de la basura y la petroquímica (o todo junto) dos pandillas animaladas disputan el territorio y sus proveedurías.
Existe en estos dibujos la necesidad de ser contados retomando un poco de la tradición japonesa, también, la urgencia de ser trasladados y amplificados en otros lugares. Pienso en que estos relatos son didácticos, críticos y algo ilustrativos, pintorescos, bastante reales. Que no necesitan de golpes de maderas, caramelos o dulces[i] para predisponernos a ver, con mirada atenta, los pocos grises que encontramos entre los negros. Solo hay que estar afables de cuál será el camino nuevo que emprenderán estos teatros.
Massi Diaz
Bahía Blanca, junio de 2016.
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[i] Elgaito kamishibaiya, o cuentista golpeaba dos pedazos de madera comúnmente unidos por una cuerda, llamadas hyoshigi, para anunciar su llegada a las diferentes villas. Los niños que compraban dulces a los gaito kamishibaiya tomaban los primeros asientos al frente del escenario. 

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